La verdad es que desde que me mudé, mis cosas de manualidades compartían un pedazo del armario de las herramientas en el garaje.
Si bien es verdad que últimamente todo lo que hago implica una caladora y un banco de trabajo, no lo es menos que aquel no era el sitio más apropiado. Así que manos a la obra.
Quería una estantería de un color bonito, pero todas las que veía o eran muy normalitas o muy pesadas, así que me pasé por ikea, me enamore perdidamente del nuevo color turquesa y me agencié 3 baldas lack de 110 cm.
Coloqué normalmente 2 de las baldas, una encima de la otra con una distancia de 22 cm entre ellas. Y con la tercera balda, volví a necesitar la caladora.
En primer lugar marqué aproximadamente el lugar de los cortes y forré esos trozos con cinta de pintor. Esto es para evitar que se desconche al cortar.
Ahora ya si, marcamos bien donde son los cortes. Otra vez de 22 cm. Así nos saldrán 4 huecos en la estantería. Y a cortar.
(Si, el primero parece torcido, pero sólo es la cinta, no la marca)
Una vez hechos los cortes, volvemos a la nueva ubicación del rincón craft y colocamos esos trozos como divisiones y paredes entre las baldas que ya habíamos colocado.
Me quedó así:
Yo quería que se pudieran mover las separaciones, así que puse un trocito de fieltro entre las baldas y los separadores y sólo pegué los trozos de los extremos (con un pegamento tipo masilla, ya que las lack por dentro no son macizas).
Ya solo quedaba colocar mis cositas y ya tenía un rincón mas adecuado. ¿Qué os parece?
Por cierto, esto no lo había puesto en el post, pero el dibujo de la pared… con el minicañón que es mi mejor aliado supliendo mi nula aptitud para dibujar. 😉
Se me abre un mundo de posibilidades inexploradas 😀
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